El Centro de Intercambio de Plantas es una propuesta que piensa el hacer más allá de lo plástico e invita a compartir.

Es una iniciativa que nace como memoria, como homenaje a los seres tierra que desde su pasado cercano al campo encuentran en las plantas un elemento para relacionarse con el mundo, donde la noción de posesión se desvirtúa al compartir desprevenidamente a la vez que se preserva.

Desde saberes empíricos y sin interés en la ciencia, donde no importa la clasificación, taxonomía, estructura, componentes químicos, estos individuos logran identificar sus propiedades, gozar con sus formas, contemplan sus colores y cambios. Todos tenemos un familiar, un amigo, un vecino que toma de sus plantas un hijo, un piecito, una semilla, luego la siembra, la cuida y cuando la ve fuerte la comparte con otros que las disfrutan, todo sin interés alguno, este gesto se convierte en un instrumento para relacionarse con otros, con el mundo y desde allí crear espacios que resisten y ayudan a preservar.

El Centro de Intercambio de Plantas plantea replicar este mecanismo y para ello presenta la posibilidad de participar en un cambalache de plantas: sólo hay que tomar las plantas que se quisieran compartir, traerlas al Jardín Invisible, allí se pueden dejar para que otros las puedan llevar y/o quienes lo prefieran pueden elegir la que quieran llevar a casa.